Por: Andrés Ariza, Ingeniero.

Según el estudio, que fue llevado a cabo por la empresa de energía OVO, la isla podría reducir su huella de carbono en 16.433 toneladas anuales si cada adulto dejara de enviar un e-mail diciendo “gracias” al día. Esa fue la conclusión a la que llegó la compañía luego de que una serie de encuestas realizadas a 3.000 británicos arrojara que se envían más de 64 millones de correos electrónicos innecesarios todos los días.
El gasto energético que hay desde el momento en que se redactan estos mensajes hasta que se archivan en los data centers (las famosas nubes) de las compañías de mensajería, hace que un e-mail pueda equivaler a 0,3 gramos de emisiones de CO2, aproximadamente, según el experto Mike Berners-Lee, quien se ha dedicado a calcular la huella de carbono de elementos cotidianos y asesoró el estudio de OVO.


